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miércoles, 20 de abril de 2022

Nuestro viaje de 15: Grecia no Colmenares (3/3)


Llegamos a Atenas a las diez de la mañana y fuimos hasta el hotel en una van que no estábamos seguras de que nos correspondiera, pero sí. El que nos organiza muchas cosas en esta etapa del viaje es un argentino que vive aquí hace 43 años y es igual a Isidoro Cañones; nos espera en el hotel y terminamos brindando con champagne en la terraza del piso 12, con vista a la Acrópolis. No hay edificios altos para que no se pierda desde ninguna parte de Atenas la vista del Partenón iluminado.



La primera impresión de Atenas no fue buena. Veníamos de la magia de Las mil y una noches y caímos en una ciudad con mucha fachada destartalada, grafitis, bocinazos, donde ya nos advirtieron que cuidemos nuestras cosas, pero al rato nos fue ganando, aunque nada se compara a Turquía (ni a los turcos).


Cositas


Esta gente (y la de Turquía) no conoce el concepto de “ sábana”: solo hay un acolchado ligero, pero caluroso. Tampoco saben lo que son las repisas del baño para la ducha. Los jabones y shampúes en Grecia son de oliva y nos encantan. 


La habitación del Dorian Inn es preciosa pero ayer era un horno, porque (esto es raro) el hotel solo tiene son niveles de aire acondicionado: calor y frío, y pasamos medio día hasta que alguien nos dijera bien cómo apagarlo. 


El desayuno es espectacular, todo tipo de frutas, varios panes, frutos secos, cinco jugos, comidas al estilo huevos revueltos y esas cosas, etc. Fuerte el café, eso sí, no logré sacarlo light.


Todo en Atenas es resbaloso: mármoles, piedras, bordes de veredas.




Subimos la colina


La señora que nos vino a buscar al hotel para la excursión a la Acrópolis es argentina e impaciente, pero hasta hoy no sabía lo que es lidiar con seis docentes (lo que quiere decir que en diez segundos ya la habíamos ubicado). Por suerte las guías de la visita son otras, y nos caen muy bien.


La Acrópolis es el lugar más alto de la ciudad, donde está el Parthenon, templo dedicado a Atenea. Es una fortaleza natural: un lugar alto, plano, con un solo acceso y con agua en sus laderas. Allí hay momentos del siglo V ac. 

La zona puede tener temblores, pero el Parthenon aguanta nueve grados de la escala Richter.


Museo de la Acrópolis

Al inaugurar una casa en la Grecia antigua se hacía una ofrenda a los dioses (comida, bebida, vasijas) que se enterraba junto a los cimientos. En el museo se hizo lo mismo: a la entrada en el piso puede verse la ofrenda cubierta por un vidrio.

El diseño se hizo de manera que los visitantes al entrar y recorrer las diferentes salas vamos subiendo (los pisos tienen cierta inclinación) para dar sensación de ir caminando hacia la Acrópolis. La sala alta está sostenida por 17 columnas como el Parthenon, y tiene las mismas dimensiones.

Muchas de las piezas son auténticas (por ejemplo las Cariátides), otras son reproducciones de originales que se encuentran dispersos por el mundo (y en ese caso se indica con un color diferente). Hay videos que muestran el proceso de limpiado de las esculturas y relieves, sea con instrumentos de metal o con láser. 

Recorremos dos niveles: planta baja y primer piso, pero los pisos en muchas zonas son de vidrio, lo que significa que mientras vamos por planta baja vemos un nivel subterráneo de muros y cimientos presentados tal como estaban al momento de descubrirlos.

Una de esculturas que vimos es la de Moskoforos, el portador del ternero. Otra, una mujer con un peplo (vestido) junto a la cual una pantalla reproduce cómo sería esa prenda con los colores originales. 

Las Cariátides son todas diferentes en su peinado y vestido; la parte de abajo representa el nacimiento de una columna y el hueco entre dos de ellas es para esperar a la hermana Inglesa, cuya restitución ha sido motivo de tratativas durante largos años.

Vemos imágenes de la Acrópolis tal como era: los techos tenían una estructura de madera recubierta con tejas de mármol, lo que implica que si se quemaba la madera se caía el techo


Datitos 


La ciudad tiene 5 millones de habitantes y Grecia 11.


El año pasado hubo varios días de 47 grados, lo que implicó muchas pérdidas de bosques y animales.


Para la Iglesia Griega Ortodoxa la Semana santa y la siguiente (que es de resurrección) son feriados, y por tanto vacaciones. Lo celebran con cordero para toda la familia, beben y bailan. El seis de enero para ellos es el bautismo de Jesús. Un 95% de la población griega es cristiana ortodoxa.


No hay mezquitas en Atenas, se está viendo ver la necesidad de construir una por la cantidad de inmigrantes islámicos que hay en la ciudad. Hubo muchas mezquitas durante el imperio otomano.


Varios parques tienen cines de verano, pero con mosquitos.


 “Grecia es un país pobre con hombres y ricos (como lo fue Onassis)”.


Monastiraki: multitudes humanas subiendo la colina, cientos de comercios, varios músicos callejeros, unos diez gatos, un elfo y dos mil repechos. Del señor elfo no tenemos fotos, de otros aspectos de la zona sí.


El Olimpo es el monte más alto de Grecia, con unos 3000 metros de altura.


Hay aviones a chorro, molinos de viento y paneles solares por todos lados.


“Eu” significa bello; todas las palabras o nombres que comienzan así son de origen griego (euforia, Europa…). En castellano usamos 30.000 palabras de origen griego.



Pequeño diccionario turístico: 

Efjaristó: Gracias.

Iasu: hola (a uno).

Iasas hola (a todos),

Tikalis (cómo estás).

Kalá (bien).

Jalará (paciencia).




Mykonos


Apenas llegamos a la isla (después de un viaje de cinco horas y media por el Egeo y sus islas) subimos al transfer del hotel y no había pasado una cuadra cuando sentimos un ruido seguido por un sacudón fuerte: nos habían chocado de atrás. El conductor (un veterano griego que nos esperó a la salida del ferry con un cartel de “Rodríguez x 6”) se bajó, discutió durante cinco segundos con el de atrás y aquí no ha pasado nada. 


Nuestro hotel era blanco, lleno de terrazas y con varios gatos. La piscina (frente al mar) era de esas donde el agua casi se desborda. Nos impresionó ver gente en bikini o bermudas tomando sol aunque el día estaba bastante fresco. 


El centro de la isla, a unas diez cuadras del hotel, es un laberinto de callecitas hermosísimas decoradas en blanco y tonos de azul, llenas de comercios pequeños, un sueño. El mar es verde y transparente, además de frío. No hay olas, salvo cuando pasan los barcos y las crean. Encontré caracoles, piedras y vidrios pulidos. No hay muchos bichos. Insectos, ni uno. Muchos gatos, algunos perros, aves y lagartijas verdes y marrones. No hay veredas. Los autos pasan a mil. La gente que pasea o toma algo en los restaurantes parece tener todo el tiempo y toda la plata del mundo (excepto adivinen quiénes). Todo es más caro que en Atenas. Pocos niños. Calor de día y frío por la noche. No se sabe para dónde mirar. Maravilla continua que se disfruta y agradece en comunión con la naturaleza, el sol, el aire puro, el agua limpísima y las piedras blancas y rodeada de la playa.

Más o menos así es Mykonos. Repito: más o menos. Sería un crimen poder venir y no hacerlo. 

Saludos desde el aeropuerto de la vuelta, ya en otro país, en otra hora, otros paisajes.



Volvemos a Atenas


La calle que conduce a Eleusis se llama “vía santa”; por allí se iba en peregrinación. Estaba prohibido revelar los misterios, cosa que se penaba con la muerte.


Atenas era una potencia naval y hoy sigue siendo la mejor del mundo”, dice una de nuestras guías (la nacionalista). 


Junto a las carreteras hay dos por tres capillitas con las que se agradece por haberse salvado o se recuerda a los que perdieron la vida en un accidente. 


Una de las guías que conocemos en el viaje se llama Mirna, es argentina y toma mate con yerba que viene de Siria a 12€ el kilo. 


Hay árboles de naranja en las veredas pero son agrias, solo sirven para hacer “dulce de cucharita” (una cosa que me recuerda a las “frutillitas” de la infancia). Casi todas las aceras tienen árboles, en parte por el extremo calor de verano. El año pasado hubo muchos incendios, se quemaron hectáreas de bosque, e incluso hace un par de años en un pueblito cercano a Atenas los incendios causaron muchas muertes. 



Visita a la Argólida


El santuario a Esculapio (Asclepios) se encuentra al lado de Epidauro pero es varios siglos anterior al teatro; es del año 330 ac. Destruido x los godos en el 267 después de Cristo, en 427 fue cerrado x un emperador bizantino.


El Monte Helicón era la morada de las Musas. Homero dice que cuando Apolo y las musas cantaban hasta los pájaros callaban para escucharlos.



Delfos


La guía de hoy empezó siendo estricta y malhumorada. Todo el tiempo hablaba de Grecia como un país superior al resto, reclamó silencio cuando le dije a una de mis amigas: “mirá, casitas!” y habló largo y tendido de covid y la obligatoriedad de usar tapabocas full time en el bus. “Cuando vuelvan a sus países pueden hacer lo que quieran, pero aquí tienen que cumplir las reglas de mi país”. En la parada técnica se tomó su café de pie, afuera, y cuando se me cayeron los auriculares al suelo me dijo que los tirara. Ob se sio na da con el covid. 

Después, ya en el museo, comenzó poco a poco a humanizarse y para cuando dejamos el sitio arqueológico estábamos como chachos chusmeando sobre la corrupción en Delfos y de posible injerencia en la política de la Grecia Antigua. 

Otro milagro de Apolo. 


Apolo (en cierto capítulo de la telenovela mitológica) se convirtió en un delfín; se supone que de allí viene el nombre de Delfos. Este lugar recibió en la antigüedad el título de ombligo de mundo (Omphalos).

Casi todos los griegos pasaban al menos una vez en su vida por Delfos, especialmente al iniciar la edad adulta. 

Las pitonisas debían ser puras y ancianas, o sea que tenían que tener más de 50 años (!!!!!). Se purificaban en las aguas de la Fuente Castalia, masticaban las hojas de laurel (que tienen cierto efecto hipnótico) y allí atendían a quienes acudían al oráculo. 

Las predicciones se daban entre la primavera y comienzo de otoño. El santuario funcionaba en otoño e invierno pero solo como centro religioso. Apolo se iba a los hiperbóreos (un reino para los dioses y algunos héroes elegidos) y mientras tanto no se hacían preguntas al oráculo. 

Al consultar los creyentes se bañaban primero en la fuente Castalia, subían en procesión hasta la pitonisa y llevaban un animal para sacarificar. Hecatombe: sacrificio de cien bueyes. Los Romanos vendían animales o ánforas en la puerta, así los peregrinos no tenían que llevarlos a cuesta desde sus países. 

El oráculo funcionaba en el sótano. La pitonisa masticaba el laurel, estaba un poco en trance, largaba unos gritos inarticulados y tocaba el Omphalos, una suerte de huevo de cerámica que representaba el contacto con Tierra. Allí venía la pregunta de creyente, la pitonisa emitía gritos y palabras sueltas que unos sacerdotes anotaban en papiro y al día siguiente interpretaban.

“No iban a dejar los asuntos interiores de Grecia en manos de una mujer anciana”.

“Delfos en estos tiempos era a la vez Harvard, el Vaticano y la CNN.”

El último que quiso resucitar la función de oráculo antiguo fue Juliano, y lo último que dijo la pitonisa fue algo como que “ Apolo ya no tiene templo, la pitonisa ya no tiene profecías ni el agua de la fuente nos dará más su agua cantarina”.

El santuario de Apolo también lo es de Dionisos, simbolizando el equilibrio entre lo apolíneo y lo dionisíaco, alma y el cuerpo, que trae consigo la armonía.


El oráculo de Apolo dijo a un rey que había que fundar una ciudad “en el lugar que no ven los ciegos”. El rey recorrió el Mediterráneo y llegó al estrecho de Bósforo, un lugar hermoso donde nadie habitaba. Era “el lugar que no ven los ciegos”, los que no son capaces de captar lo hermoso que era ese lugar. Allí fundó Bizancio (después Constantinopla y luego Estambul). 


Las estatuas griegas siempre sonríen hasta el siglo VI AC porque representan a los aristócratas, a los que tenían una buena vida; cuando se estableció la democracia las esculturas griegas dejaron de sonreír. 



Templo de Atreo


Fue excavado por Schliemann (él de Troya). Schliemann empiezo a interesarse por Troya desde que su padre le regaló una enciclopedia a los siete años y le dijo que esa historia podía ser verdad. A sus hijos les puso Agamenón y Andrómaca. Hizo mucho dinero y después se puso a buscar a Troya.

Cerca de la entrada de los Leones (que siempre fue visible en Micenas) encontró un círculo funerario con 19 restos humanos, ajuares funerarios y máscaras de oro, una de las cuales le llamó la atención y la llamó la máscara de Agamenón, aunque ahora sabemos que no era de la época de la guerra de Troya sino de 400 años antes. 

Uno de esqueletos femeninos estaba cubierto de hojas de oro, brazaletes y muchas ofrendas, y había también niños cubiertos completamente de oro, que están en el museo arqueológico de Atenas.


El teatro de Epidauro


Tenía capacidad para entre 12 y 14 mil espectadores y la orquesta tiene 20 metros de diámetro. 

Había diferentes entradas, una para los poderosos (que tenían asientos con respaldo) y otra para el pueblo llano. 

Hasta hoy se usa como lugar de espectáculos al aire libre. 

La Orquesta estaba rodeada por un desagüe para el agua que caía de las gradas por la lluvia y la gradería estaba dividida en dos partes por un pasillo semicircular para la parte alta y baja. 

La acústica es tan buena que si tirás una moneda el medio de la orquesta se escucha desde todo el teatro.

Después de la conquista los romanos lo convirtieron en arena. 

No había baños; iban en cualquier lado.



Retazos de diálogos

Al ver que una excursión otra vez nos había emboscado al bajarnos en un comercio para hacernos una exhibición y vendernos algo: 

_Decime si no estábamos en la cueva de Alí Babá.

_Alí Babá y los 40 ladrones...

_¡Que nos pasaron para la cueva!

...

La guía argentina: _Es muy caro tomar mate aquí; la yerba que consigo viene de Siria y la pago a 12 euros el kilo. 

Yo: _Bueno, si volvemos te traemos unos paquetes y te los dejamos a 11.

...

El guía que no hablaba bien español (en el valle de hadas de Capadocia): _Y hubo un período de erecciones volcánicas que formó las chimeneas de hadas... 

Una de mis amigas: _Erecciones no: erupciones.

El guía: _ Ah, sí. Pero mira: la forma es la misma. 

...

Vendedora: _Hola, ¿uruguayas o argentinas?

Yo: _Uruguayas. ¿Lo decís por el aspecto o porque nos escuchaste?

Vendedora: Las escuché; se las oye desde media cuadra... 

Yo: ¡Tu español es muy bueno!

Vendedora. _¡Gracias! Lo aprendí con "Casi ángeles".

...

Yo (ya en Carrasco): Te voy buscando la valija, decime cómo es.

Amiga (demorada en el free shop): _Es negra, con candado. 

Yo: ...


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