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jueves, 28 de febrero de 2013

Solo yo







_ ¿Quién? ¿La flaca, la de rulos, la amiga de Elisa? Uh, m’hijo, pero ahí vas muerto… Sí, te aseguro. Ni lo intentes, yo sé por qué te lo digo… Linda, bah, más o menos, no sé, pero vos viste cómo es, a veces por fuera es una cosa y por dentro… Mirá, negro, yo soy tu amigo y te lo voy a decir de una, derecho viejo, porque soy así, ¿ta? Al pan pan y al vino vino. Esa mina está muerta con papá, ¿entendés? Te lo doy firmado. No, yo no, nada que ver, pero ella sí. Sigue ahí conmigo, quedó como trancada en la relación. Bueh, relación, lo que se dice relación no hubo nunca, pero ella fantasea, inventa… La cosa no pasó de algunos tiroteos el año pasado, sabés. Y sí, alguno que otro hubo, pero no pasó de ahí, ¿eh? Te juro. ¿Yo? No, loco, olvidate, yo estoy en otra, y además casi ni le di bola. No me gusta esa mina. Nunca me gustó demasiado, vamo’ a decir la verdad. Al principio un poco, yo qué sé. Simpática, sin mucha vuelta. Buenas tetas, eso sí, buena cama, pero después, nada. Nada de nada. Además es una vieja: no quiere alcohol, ni porros, ¡ni carne! Sí, es de esas, ¿sabías? Yo te digo para que lo vayas pensando; por mí hacé lo que quieras, pero vos… A mí  a la semana me aburrió. Y… ¡yo qué sé por qué seguimos, viejo! Por inercia, capaz. Yo estaba solo en esos días; aquella se había ido de viaje a Argentina, me aparece esto servido en bandeja y dije que sí, pero después no me la podía despegar. Igual la veía poco, pero ella dale que te dale, me buscaba, me buscaba, me buscaba… Debe estar mal, te juro que algún raye tiene. Yo qué sé… A ver cómo te explico… Me persiguió por cielo y tierra, hasta que se ve que vio que no me encontraba y se dio por vencida. Por el boliche, viste. Ta, obvio que ella iba de antes pero no me digás que no me andaba buscando a mí porque no me lo creo. ¡Ah, sí, la amiga vive cerca, gran excusa! Versos, viejo. ¿Y el día que me siguió hasta el cine? Sí, ya sé que está medio idiota con el tarado ese de Darín y los ojos azules y la concha de la lora, ya me contó a mí también, negro, pero qué casualidad que justo… Ah, es verdad, era el estreno, tenés razón. Me había olvidado, mirá vos. No, llamarme, lo que se dice llamarme, no me llamó más. Es que las minas son así, viste, a veces cuanto más les gusta un flaco más se empeñan en borrarse, en hacerse las nunca vistas. Y no, ¿cómo me va a mandar mensajes, ¿tas en pedo? Se debe estar atando las manos pero calladita, porque sabe que si me aparece un mensaje de ella yo no le contesto. Sí, con aquella estamos bien, negro, re bien. Esto otro es tiempo pasado, viejo, pasado y olvidado. ¿Lo qué? ¡Y yo qué mierda sé quién cortó a quién! Eso es cosa de minas; ¿no querés que me acuerde de la fecha también? Ah. ¿Te dijo eso? Y bueh, si te dijo... ¿Que cómo fue? Repetime bien. Que yo iba a ir y entonces ella… Ta, yo qué sé, flaco, puede ser. No me puedo andar acordando de todo. Y no, que no la veo hace… Ni idea. Un año. Menos. Hace pila. No, no la veo ni le hablo, ¿qué necesidad? ¿Cómo sé? ¿Cómo sé? Y… No sé. Debe estar. Estaba muerta conmigo. ¿Vos decís que ahora no? ¿Que le dijo qué a quién? Sí, pero, ¿cómo se reía? ¿Risa así, de verdad, o más o menos? ¡Es una idiota esa mina! Vos hacé lo que quieras, pero yo en tu lugar… Ah. ¿Mañana? Mirá vos, no sabía. ¿Dónde es que se encuentran? Sí, conozco, claro que conozco. Oíme, ¿y a vos te jode si en una de esas caigo de pasada por ahí un ratito? Yo por vos, viste, para que no te llamés a engaño. No, ¡qué curiosidad ni qué nada! Voy por vos, flaco, para que no te encachilés con… Sí, ya sé que estás grandecito… ¡Un boludo importante, eso es lo que sos, ja ja! Ta, tenés razón. Pero igual capaz que me doy una vuelta por el boliche, ¿eh? ¡Pará, sos de terror! ¿En serio pensás eso? ¿Yo? ¿Yo, hermano? ¡No sabés lo que decís! Nada que ver… Vo', la seguimos otro día, que ahora que me acuerdo tengo que estar en el Centro en veinte minutos… Sí, el laburo… Nos hablamos. Hacé lo que quieras, viste. Yo hice lo posible… Le mando, dale. Un beso a tu vieja, che. Esa sí que es una mina. No como esta otra que… Bueno, dale, nos vemos, flaquito, ta luego... Qué flaco este… Y si la tarada esa sigue jodiendo con que fue ella la que me cortó decile que por mí se puede ir a la reputísima madre que la recontra mil parió, decile. Ah, ahora no me oís. ¿Ahora no me oís? Será porque cortaste, imbécil. ¡Tal para cual! Dios los cría y ellos se juntan. Puta madre que los parió. Solo yo pierdo tiempo con estos idiotas. Solo yo. 

1 comentario:

  1. ¡Buenísimo, Mariela! ¡Qué bien manejado este diálogo en el que sólo le dejas al lector un único punto de vista!

    Para mí, este chanta es entrañable.

    Un abrazo,

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