Ya estaba cayendo la noche y aún me faltaba una cuadra para llegar a 18 cuando los vi. Eran dos, en la esquina, atajando a cada persona que cruzaba para pedirle dinero.
Espero que mi negativa no suene muy antipática, pensé.
El primero en interpelarme fue el morocho:
_ Shakira, disculpá, ¿no tendrías unas monedas?
_ ¡Jaja!
-Estamos jugando a los parecidos.-acotó el otro- No te molesta, ¿no? ¡Sos igual!
_ ¡Ojalá!
_ ¡Bueno, Shakira, suerte!
Y me fui riendo, a la vez que pensaba cómo contarían esta misma micro escena otras personas.
Los que votaron por el Sí el domingo pasado, por ejemplo.
Espero que mi negativa no suene muy antipática, pensé.
El primero en interpelarme fue el morocho:
_ Shakira, disculpá, ¿no tendrías unas monedas?
_ ¡Jaja!
-Estamos jugando a los parecidos.-acotó el otro- No te molesta, ¿no? ¡Sos igual!
_ ¡Ojalá!
_ ¡Bueno, Shakira, suerte!
Y me fui riendo, a la vez que pensaba cómo contarían esta misma micro escena otras personas.
Los que votaron por el Sí el domingo pasado, por ejemplo.
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