Era solo cuestión de tiempo y yo lo sabía. Con esa costumbre que tengo dos por tres de pasar por tu puerta algún día iba a verte con ella. Era posible, era lógico, era inevitable.
Vos estabas a su lado, y me viste desde lejos. Ella también. Yo iba distraída, y cuando levanté la cabeza y miré a tu puerta como siempre, ahí estaban.
Lo que nunca pensé que ocurriría es que ella te tocara la espalda y te dijera unas palabras que debieron ser algo así como "dale... Andá a saludarla, no hay problema."
Y viniste.
Caminando primero, corriendo después, pero viniste a abrazarme y lametearme la cara como todos los días.
_ Está gorda, ¿eh?- le grité sonriendo a tu dueña, que asintió, mientras vos volvías con ella, moviendo la cola.
Hemos blanqueado la situación, Isis, y al fin sé quién es la persona que vive contigo, lo que no significa que dejes de ser mía aunque sea por un par de minutos cada vez.
Vos estabas a su lado, y me viste desde lejos. Ella también. Yo iba distraída, y cuando levanté la cabeza y miré a tu puerta como siempre, ahí estaban.
Lo que nunca pensé que ocurriría es que ella te tocara la espalda y te dijera unas palabras que debieron ser algo así como "dale... Andá a saludarla, no hay problema."
Y viniste.
Caminando primero, corriendo después, pero viniste a abrazarme y lametearme la cara como todos los días.
_ Está gorda, ¿eh?- le grité sonriendo a tu dueña, que asintió, mientras vos volvías con ella, moviendo la cola.
Hemos blanqueado la situación, Isis, y al fin sé quién es la persona que vive contigo, lo que no significa que dejes de ser mía aunque sea por un par de minutos cada vez.
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