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sábado, 24 de noviembre de 2012

PALABRA





El verano comienza con el primer cascarudo que patalea de espaldas en la vereda y termina con ofertas de cuadernos y lapiceras. En el medio, luz, arena, bronceador, pies descalzos y mosquitos descontrolados. Un tiempo tan fugaz y cambiante como los amores que engendra, me digo, mientras miro de reojo el almanaque y comienzo a armar mi coraza.
Confiá en mí, corazón.
Este verano prometo defenderte.

1 comentario:

  1. Un micro que avanza hacia la transformación del personaje al menos en la promesa. Luego -como todos sabemos- habremos de buscar las excusas en otoño.

    Muy bueno, Mariela.

    Un abrazo,

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