SÁBADO
Esta vez voy
a terminar con el trabajo el primer día, así después me olvido. Ya hice una
montañita con todas las pruebas diagnósticas por corregir. También
tendría que ir a pagar el alquiler, preparar
las clases de Florida, retomar la
tesis, pintar, escribir.
Pero hoy
no, porque viene un amigo. Mañana.
DOMINGO
Tampoco hay
por qué enloquecerse; tenemos toda una semana por delante y hay una película
que quiero ver.
LUNES
Ah, es
verdad que la semana pasada no escuché a Dolina.
MARTES
Qué linda
que está Roldana en la puerta; pide una foto. Varias.
Estaría
para hacer un álbum de las dos. Y del living con las lámparas nuevas. Creo que
hay una tuna que está floreciendo a destiempo.
MIÉRCOLES
Ah, sí, el
otoño es lo que tiene: el sol del patio al mediodía es más que aprovechable. Tendría
que ordenar los libros; cada vez que busco uno se me va la vida. De la ropa
mejor ni hablemos.
JUEVES
¿Y el galpón?
VIERNES
Esta semana
se llena de amigos en el chat, al teléfono, por WhatsApp. O vienen a casa, vamos al cine, a tomar algo. A ponernos al día.
SÁBADO
Un enlace
lleva a otro; paso de un diario a youtube y de la biografía de Audrey Hepburn a la
defensa de los regionalismos idiomáticos. Leo versos en los muros de todas las ciudades del
continente. Cuelgo fotos y comento estados a diestra y siniestra. Tengo sueño atrasado y me arden los ojos, pero esto es adictógeno y
puede más que yo.
DOMINGO
La reputa
madre que lo parió al maldito domingo de turismo con doscientascincuentamil cosas
pendientes y un sol que raja las piedras.
Soy una
esclava, así no se
puede. No juego más.