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sábado, 14 de septiembre de 2013

RITUAL





Timbre. Rescate de la merienda en el fondo de la cartera. Carrera hasta el bebedero. Cola, empujones, amenazas, agua. Ronda. Ay, ay, ay, cuándo vendrá mi amor; me arrodillo a los pies de mi amante, me levanto constante, constante. Transmisión al oído de alguien de un rumor oído a la entrada. Gestos de inteligencia: te lo dije. Pelea en el fondo. Carrera vertiginosa para ser el primero en saber cómo salió. Mirada compasiva a los dos que la maestra lleva a la Dirección. Caminata sin rumbo por el patio. Llanto lejano de alguien por una caída. Grito y amenaza al vivo que desata moñas de túnicas: vas a ver, le voy a decir a mi hermano. Mirada a la puerta del salón. Comienzo de aburrimiento. Timbre. 

jueves, 12 de septiembre de 2013

1978





Yo le pedí, le rogué, la miré con los ojos más grandes que pude pero no me hizo caso.
_ Señorita, no quiero sentarme más con Jorge. Me muerde la goma, tira puntas de lápiz en mis cuadernos, me hace “arre caballito” en las trenzas. ¿Por qué no me pone con Loreley? ¡Por favor, señorita!
Pero Jorge siguió ocupando el banco de al lado hasta el 6 de diciembre: molesto, pesado, insoportable.
Lo vi años después: él estaba con un muchacho rompiendo a patadas el muro del costado de la Iglesia, y le dije de todo. Nos amigamos cuando ya se había hecho albañil y empezó a comprarme ropa deportiva en la feria para su hijo, pero al crecer el niño dejé de verlo. Hace poco encontré a la maestra de cuarto y supe por ella que Jorge, entre otros, había tenido a su padre preso por aquellos años.
Pobre Jorge.
Tener que compartir el banco hasta el 6 de diciembre con una nena molesta, pesada, insoportable, incapaz de ver más allá de una goma, un cuaderno y un par de trenzas.


miércoles, 4 de septiembre de 2013

ESTE NO ES





Abro los ojos; me había quedado dormida y el mar llega casi a mis pies. El sol de setiembre se siente tibio y amigable en Valizas. Hay un fósil al alcance de mi mano, traído por una ola. A mi alrededor la playa entera está salpicada de piedras, huesos y caracoles.

Abro los ojos; había apagado el celular y ya es casi la hora de irme. Roldana me recuerda que tiene hambre desde afuera del dormitorio. Voy a la cocina y me pongo a corregir escritos.

Abro los ojos.

Este no es mi lugar en el mundo.